miércoles, 17 de marzo de 2010

¿Por qué La Plapla?


Seguramente muchos recuerden el cuento de María Elena Walsh, ese en el que Felipito Tacatún dibujaba, sin querer, en su cuaderno de clases, una letra desconocida. Esa nueva letra, rebelde y patinadora, que bailaba y cantaba por la página y jugaba a la rayuela con los renglones, era una plapla. Pero tal fue el revuelo que causó en la escuela, que la maestra terminó confinándola a una cajita y así con todas las plaplas que aparecen por ahí porque “las letras no han sido hechas para bailar, sino para quedarse quietas una al lado de la otra”.
Durante muchos años como docentes, hemos notado la falta que existe en los diferentes ámbitos educativos de un espacio para brindarle al niño la posibilidad de aprender a través de estrategias realmente ricas e interesantes para ellos.
Nos vemos inundados de contenidos a cumplir sin realmente tener una metodología de trabajo acorde a niños tan pequeños, descuidando así lo que consideramos esencial en esta etapa: la adquisición de conocimientos a través de propuestas lúdicas que faciliten la exploración, experimentación y creación.
A partir de los lenguajes artísticos, La plapla les ofrece a los pequeños la oportunidad de adquirir nuevos aprendizajes; generando cruces entre disciplinas y conjunciones de actividades corporales, expresivas y reflexivas.
Queremos que este nuevo espacio sea como aquellas cajitas del cuento, que rebalse de plaplas con ganas de jugar, de cantar, de bailar... de no quedarse quietas.

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